El vino no es exclusivo, es expresivo. Su propósito no es impresionar, sino acompañar. Así como el café forma parte de nuestras mañanas o una cerveza se comparte sin ceremonia, el vino también puede integrarse de manera sencilla a nuestras comidas diarias. Imagina una copa de vino blanco con una sopa de gallina, o un tinto joven con pupusas de frijol y queso: no necesitas una cena de gala para disfrutar de una buena botella. Lo esencial es perderle el miedo y descubrir que el vino se adapta a nuestra cultura y sazón local.

El mito de que se necesita gastar mucho para tomar buen vino también debe quedar atrás. Hoy existen opciones accesibles, versátiles y de excelente calidad en supermercados y tiendas especializadas. Vinos frescos como un Sauvignon Blanc, un Garnacha joven o un espumoso brut pueden acompañarte entre semana sin afectar tu presupuesto. Lo importante es conocer tus gustos, experimentar sin prejuicios y elegir botellas que realmente te inspiren a compartir o simplemente a relajarte.

Desde The Wine Consulate, te invitamos a normalizar el vino como parte de tu día a día, siempre con responsabilidad. Transformemos la cultura del “vino solo en eventos” por una nueva forma de vivirlo: más auténtica, más libre y más conectada a nuestra realidad. ¿Qué plato salvadoreño disfrutas con vino? ¡Coméntanos o envíanos tu maridaje favorito y celebremos juntos esta experiencia sin protocolo!

“El vino no necesita protocolo. Puedes disfrutar una copa con un plato sencillo, como frijoles con plátano, una sopa o una tostada con queso. Se trata de acompañar el momento, no de complicarlo”